Juan Ausias el morisco
Un morisco que no fue expulsado en 1609
Resultó una práctica habitual en casos parecidos
Muy probablemente, en Benidoleig, unos de los muchos pueblos en los que llevaban siglos instalados, unas familias de moriscos recibieron las catequesis para convertirlos al cristianismo. Se trataba de los antepasados de Juan Ausias. Tal vez su padre se rebeló junto con unos 17.000 contra el decreto que en 1609 les expulsó de las tierras que cultivaron sus antepasados, hasta que la expulsión fue inevitable y se vio obligado a embarcar desde la cercana Dénia.
La expulsión de los moriscos, Gabriel Puig Roda, 1894.
Juan
se quedó. Tenía 5 años de edad, la cara redonda, los ojos hundidos, una peca en
la ceja derecha y una señal en la frente izquierda. Él y muchos otros niños y
niñas llegaron a Gandia donde fueron presentados y registrados el 9 de julio de
1611. Todos ellos habían llegado procedentes de muchos lugares, sin sus
familias ya embarcadas hacia el norte de África. Laguar fue el pueblo que más
moriscos proporcionó, aunque también los había del rabal de Gandia, Guadalest,
Orba, Forna, Ademuz, Ayora, Confrides, Alcalá, Cocentaina, Gata, Xaló,
Finestrat, Ebo, Parcent, Alcoleja y Castelló de Rugat. Fueron adoptados por
sacerdotes, ciudadanos, viudas y personas enriquecidas de Gandia. Acabó como
criado de Juan Calderó, un gandiense adinerado. Desde entonces fue conocido
también por mismo nombre del que lo adoptó: Juan Calderó, y sus descendientes
tomaron el apellido Calderó, aunque en notas marginales aún se escribía “vulgo
Ausias”. Un año antes había sido bautizado colectivamente junto con 88 niños
moriscos en la colegiata de Gandia. Años más tarde, el 20 de abril de 1626, en
la misma iglesia donde fue bautizado, se casó con Isabet Juan Ferrer. Ambos
vivían entonces en casa y al servicio de Miguel Alfonso y ella, como él,
también era hija de moriscos expulsados en 1609. De ella no se sabe dónde
nació.
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