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Juan Ausias el morisco

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 Un morisco que no fue expulsado en 1609 Resultó una práctica habitual en casos parecidos  Muy probablemente, en Benidoleig, unos de los muchos pueblos en los que llevaban siglos instalados, unas familias de moriscos recibieron las catequesis para convertirlos al cristianismo. Se trataba de los antepasados de Juan Ausias . Tal vez su padre se rebeló junto con unos 17.000 contra el decreto que en 1609 les expulsó de las tierras que cultivaron sus antepasados, hasta que la expulsión fue inevitable y se vio obligado a embarcar desde la cercana Dénia. La expulsión de los moriscos , Gabriel Puig Roda , 1894. Juan se quedó. Tenía 5 años de edad, la cara redonda, los ojos hundidos, una peca en la ceja derecha y una señal en la frente izquierda. Él y muchos otros niños y niñas llegaron a Gandia donde fueron presentados y registrados el 9 de julio de 1611. Todos ellos habían llegado procedentes de muchos lugares, sin sus familias ya embarcadas hacia el norte de África . Laguar fue el pueblo que

Turismo genealógico

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 Conocer lugares gracias a los antepasados Cuando la genealogía se convierte en la excusa para viajar     Actualmente, existen muchas opciones para disfrutar de un tiempo de vacaciones. Ciudad, playa, montaña, viajes largos, otros más cercanos, opciones culturales y también deportivas son los ganchos para preparar las maletas y disfrutar de unos días. Pero existe una opción que une estos atractivos con una cuestión que, para algunos, es también sentimental: la genealogía.     Todo comienza cuando una persona pretende investigar de dónde procede, es decir, sus antepasados. Los primeros pasos consisten en recopilar la información oral y familiar. En este sentido, según sea la memoria familiar, se pueden avanzar dos o más generaciones, por lo menos en cuanto a nombres. Otra cuestión son las fechas, más difíciles de recordar para los mayores de la familia, convertidos en la fuente de información.      Lavadero Font de Dalt, Orba.      A continuación, con la información obtenida, empieza la

La repoblación mallorquina

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  En una gran mayoría, los repobladores de las zonas ocupadas por los moriscos expulsados procedían de las Baleares. Solían ser emigrantes con pequeñas propiedades o con ninguna y que deseaban conseguir una mejor posición económica y social, y los primeros lugares en los que se establecieron estos colonos mallorquines fue en la Vall de Laguar, Atzúvia, la Vall d’Ebo, la Vall de Gallinera, Llíber y Tàrbena. Así pues, el origen de los nuevos pobladores será determinante de cara al futuro y su ubicación definitiva marcará la peculiaridad y personalidad de cada pueblo. Las consecuencias de la repoblación del siglo XVII son aún visibles en aspectos como la documentación, la onomástica, los dialectos, algunos elementos etnológicos y lingüísticos, entre los que destaca, por encima de todos, el uso del artículo “salat”, particularidad de los habitantes de Mallorca que llegaron para ocupar los pueblos del interior de las montañas de Alicante, aunque preferían las áreas costeras debido a su orog
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Los moriscos (III) La repoblación Expulsados los moriscos, era necesario repoblar las zonas que ahora se habían quedado vacías. La economía real y señorial dependía en su mayoría de los ingresos obtenidos de los cultivos que trabajaban los moriscos. Por este motivo, prácticamente al mismo tiempo que se unos se iban, se buscaban las fórmulas para que otros llegaran. A grandes rasgos, existían dos zonas por ocupar: las áreas litorales de regadío, ocupadas por cristianos viejos que podían conseguir tierras con buenos rendimientos, y las zonas montañosas, más difíciles de cultivar, en las que existía una mayoría de población morisca y que fueron repobladas con gente procedente de fuera de Valencia. El proceso repoblador puede establecerse en unas etapas generales. Existió un primer momento en el que hubo una afluencia masiva de colonos entre 1610 y 1611, años en los que se redactaron la mayoría de las cartas de población. La segunda etapa finalizaría alrededor de 1630, en la que se renueva