Los juegos de los niños
Cómo se divertían los más pequeños en Argelia
La emigración de las familias desde Alicante y Valencia tenía una consecuencia en los más pequeños: el ocio. La televisión televisión aún era una utopía, y no digamos de las nuevas tecnologías. Los niños emigrantes de finales del siglo XIX y del XX debían entretenerse de otra forma: los juegos tradicionales valencianos.
Sambori
El ambiente de Argel, en concreto de Bab-el-Oued, era casi familiar. En muchos aspectos recordaba a la vida que realizaban los emigrantes en sus pueblos. Se trataba de una vida en la calle, con todo lo que ello conlleva: trato diario entre los vecinos, familiaridad y, cómo no, una distracción para los niños. Éstos repetían en sus calles los juegos tradicionales valencianos y, además, usaban la imaginación para inventar nuevas diversiones a partir de cualquier objeto. Uno de ellos consistía en vaciar una sandía para realizar un farolillo, semejante a la calabaza de Hallowen, y que derivó en un juego burlesco para asustar a la gente en calles oscuras. Otro de los juegos que tenían lugar en el mismo barrio era fer harca, como se conocía en tierras valencianas, o lourria, término de principios del siglo XX y p’tite guerre, como se conocía en la década de 1930. Se trataba de combates a pedradas por las calles o explanadas del mismo barrio. La batalla podía durar varios días puesto que en los días posteriores a la ofensiva se solía atacar a aquel participante que pasaba por territorio enemigo. El canette, pic i pala en los pueblos valencianos, consistía en levantar y golpear un bastón pequeño situado en el suelo con otro bastón para que el rival lo cogiera. También era común ver jugar a los niños a la peonza, toupie, y a las canicas, billes. Por su parte, las niñas jugaban al sambori, la marelle. En el suelo se pintaban unas casillas, se numeraban por dentro y se situaba el final, le ciel. Se lanzaba una piedra y había que saltar con una pierna hasta el final y luego regresar, evitando la casilla de la piedra y recogiéndola en el camino de regreso.
Esta historia, y muchas más, están disponibles en Emigrar a Argelia, los pied noir valencianos
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