Emigrante golondrina o emigrante definitivo

Las diferentes formas de emigrar a Argelia

    Con la llegada de la primavera, vuelven las golondrinas a colgar sus nidos de los balcones, como escribió Bécquer poéticamente.
    Por este motivo, volver después de una temporada y porque también vestían de negro, "Golondrina" era el nombre que recibían aquellos jornaleros valencianos, andaluces y murcianos que trabajaban una temporada en Argelia y luego regresaban a España. Así lo relataba el periódico Las Provincias (6-XII-1907): “Desde septiembre hasta fin de año, o tal vez más, dos vapores con itinerario fijo en Alicante, Altea, Jávea y Denia, y otro con escalas circunstanciales, han ido abarrotados, cada diez días, de campesinos de aquí, lo que, terminadas las recolecciones agrícolas, vuelas a África como las golondrinas, en busca del alimento invernal”.
    Años más tarde, Diario de Alicante (23-X-1929) anunciaba los motivos por los que 400 braceros subían a bordo del barco Reina Victoria y otros 250 en el Sidi Brahim: “La abundante emigración de golondrina de este año, invita a meditar. Las causas de ella son notorias: basta fijar la atención en una parte de la Vega del Segura amenazada por la miseria ante la ruina cañamera que se aproxima a pasos gigantes”.


Imagen del pasaporte de José Ivars Ivars, publicada por Paco Ferrer en Benissa Antiga

    Un ejemplo de esta migración golondrina es el José Ivars Vengut. Viajaba a Orán durante 3 meses para podar y luego regresaba a su Benissa natal. Como se relata en el libro Emigrar a Argelia, los pied noir valencianos, una vez allí, tanto él como los otros emigrantes golondrina tenían una vida más bien austera, destinada a ahorrar para regresar a casa con unos ingresos que sólo podían conseguir en Argelia.


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