Una historia de emigrantes franceses en España

Cuando la Genealogía se une con la Historia

    El día que empecé mi propia genealogía en 1996, no imaginaba todas las sorpresas que me iba a encontrar ni tampoco hasta dónde llegaría. Aquella afición por descubrir los nombres de una generación más poco a poco se convirtió en un interés por comprender cómo fueron sus vidas y los motivos por los que dejaron sus pueblos de nacimiento para instalarse en lugares remotos.

    De este modo, la investigación genealógica se convirtió en una investigación histórica, con sus causas y consecuencias. Los archivos parroquiales dejaron paso a los archivos históricos en busca de respuestas. Es así como pude averiguar la siguiente historia, que forma parte del libro Emigrar a Argelia. Los pied noir valencianos. Es una historia de emigración al revés de las que aparecen en este blog: de Francia a España.


Casa del Gremio dels Caldereros, en el barrio Gótico de Barcelona. 

    "Guillermo Lavisera Sincalbes nació en 1783 en Almansa, hijo de Guillermo y Ana María. Sus apellidos causaron confusión al párroco en la partida de bautismo, la suya y la de sus hermanos, y también la de sus padres. El sacerdote debía afinar bien el oído para escribir correctamente unos apellidos que eran complicados para él. Escribía lo que oía y, sin querer, creó confusión, ya que estaba castellanizando unos apellidos y el territorio de del que venían sus antepasados. Lavisera, Labesiera, Lavesiera es lo que se oyó, Labessière es como se llamaba; Sincalbes Sincalveris, Sincalbres, también quedó escrito, Cinqualbres es lo que se pronunció; Sigrasierra, Orillac, San Flor es de donde dice que procedía, Ségalassière, Aurillac, Saint-Flour era el lugar exacto, la región de Auvernia, en pleno corazón de Francia.

    Desde tierras partieron durante siglos hacia España o Alemania muchos de sus habitantes para realizar el trabajo que mejor conocían: el tratamiento del cobre. Eran caldereros, un oficio típico de emigrantes que buscaban lugares con minas de cobre para tratar el mineral o ciudades con bastante población para vender sus productos. Era un oficio, como el de otros artesanos de la misma zona, dedicado a la producción y venta más o menos ambulante.

    A mitad del siglo XVIII, obligados por las malas cosechas, el hambre, la miseria o los altos impuestos, salió mucha población desde Auvernia. Tal vez, Jean Labessière y su mujer Marie Nonergues, abuelos paternos de Guillermo, huyeran de ellas o formaran parte de una de esas compañías de caldereros, tahoneros o artesanos que viajaban por todo el interior de España ofreciendo sus productos y servicios. En otros bautizos de los hermanos de Guillermo hay presencia de franceses como testigos y padrinos, tal vez por ser de esas compañías o por ser familiares, como Antonio Labesiera Cairus, apellidos que quedaron escritos para siempre de este modo en otro documento. La familia, y sus descendientes, tuvieron una gran movilidad geográfica por La Mancha, llevados probablemente por su trabajo: Bonete, Alpera, Almansa, etc., hasta que, ya plenamente integrados con familias españolas como los Casanova de Tarazona de la Mancha, se desplazaron a finales del siglo XIX hacia la costa valenciana. Tal vez, en sus genes, la emigración estaba presente".

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