El Patuet, resultado del cruce de culturas
Este era el nombre que recibía la mezcla entre valenciano, castellano y francés en Argelia
La denominación dio origen a un periódico
La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha supuesto un terremoto político, social y económico a nivel mundial. Sus políticas sobre el cambio climático y sobre la emigración son, entre otras medidas, las más cuestionadas. Sin embargo, tal vez sea interesante recordarle alguna cuestión y, para ello, solamente hay que mirar hacia la Historia.
Cuando en el siglo XIX los valencianos emigrados a Argelia suponían una gran cantidad de población, el cruce de culturas fue inevitable. La razón es muy sencilla: cada emigrante, cada persona, lleva una mochila detrás. Esta mochila son vivencias, experiencias, recuerdos, etc., y cuando se dejaban los pueblos valencianos por las ciudades cosmopolitas como Orán o Argel, en esa mochila también viajaban costumbres, tradiciones e idioma.
Así pues, allí, en Argelia, se juntaron la cultura musulmana, la cultura francesa y la española, en este caso la valenciana. El resultado, como sucede cuando a una buena receta se la añaden ingredientes de calidad, es un producto final que mejora al inicial. Si se aplica esto a nuestra cultura occidental veremos cómo hemos sobreponiendo capas culturales a una base cultural ya existente. Es decir, somos herencia de Grecia, Roma, el islam y de todas las civilizaciones que han entrado en contacto con nosotros. Por cierto, la patata llegó desde América para enriquecer la tortilla y crear un plato considerado muy nuestro.
Volviendo a Argelia, valenciano, castellano y francés se convirtieron unidos en algo más que un idioma. Allí, el valenciano se afrancesaba mientras que el francés se valencianizaba, dando origen al patuet o pataouète. Además de las cuestiones lingüísticas que le dan nombre, esta denominación iba más allá, como publicaba el periódico El Patuet el 9 de septiembre de 1883:
“El pseudónimo de Patuet se apropia a los hijos de un país en donde el idioma nacional se habla sin perfección o con dialecto; ejemplo: valencianos, patuets; catalanes, patuets; alicantinos, patuets; y así todas las provincias en donde el castellano no se habla en generalidad; entiéndase que Patuet es la corrupción de la palabra patue”.
Otra teoría afirma que el término pataouète se vincula con pap(a)louette, gentilicio peyorativo equivalente a “vailet del barrio de Bab-el-Oued”. De este modo, el idioma se relacionaba con el conocido barrio de Argel que contaba con una gran presencia de emigrantes valencianos.
Pero el nombre de patuet fue más lejos todavía. En 1883 se editó en Argel el periódico El Patuet, una publicación satírica que se autodefinía como franco-española, independiente, bisemanal, política, satírica y literaria. Se conviritó en altavoz de la “Sociedad de amistad española”, una asociación de ideología republicana dirigida por el periodista Francisco Zavala. En sus páginas, además, se podían leer artículos de opinión, sociedad, reseñas informativas de otros periódicos, folletines teatrales, noticias de España en la sección "Cosas de allá" y la publicidad de lso comerciantes instalados en el país africano. Eso sí: en castellano, valenciano y francés.
En su primera edición, el diario explicaba a sus lectores qué siginificaba patuet para la gente de la época:"¿Qué quiere decir esta palabra? ¿Un insulto? ¿Una burla? ¿Un sarcasmo contra los rudos pero honrados españoles que riegan con el sudor de su frente estas fértiles tierras? [...] El pseudónimo de Patuet se apropia a los hijos de un país en donde el idioma nacional se habla sin perfección o con dialecto; ejemplo: valencianos, patuets; catalanes, patuets; alicantinos, patuets; y así todas las provincias en donde el castellano no se habla en generalidad; entiéndase que Patuet es la corrupción de la palabra patue. Pues bien, al tomar nosotros este título para nuestro periódico, fue en primer lugar caracterizar la esencia de nuestros escritos […] y al propio tiempo hacer, de una palabra que se nos prodiga en tono de desprecio, un nombre respetado. […] Hoy oímos decir por la calle a muchos que antes se burlaban, ‘soy patuet’ y esto es lo que nosotros deseábamos".
El Patuet se puede consultar a través de la web de Gallica.
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