Trencar l'enfit: el ritual mágico de curar una indigestión

El Jueves Santo, día mágico para transmitir la oración sanadora

Su uso se limita a las comarcas valencianas

    De pequeño, a veces, tenía problemas estomacales. Solían coincidir con alguna mala digestión o con un empacho, a veces también con nervios. La sensación del estómago lleno en el que no cabe nada más era bastante molesta para un niño. En esas situaciones, que con el tiempo fueron menos comunes e incluso desaparecieron, aparecía mi padre con una corbata dispuesto a, como él y la tradición lo llamaban, trencar l'enfit.


    Mi padre me situaba de pie frente a él, a cierta distancia. Cogía la corbata y sujetaba un extremo y el otro me lo daba a mí. Sólo tenía que ponérmelo en la boca del estómago. Él andaba unos pasos hacia atrás, los que daba de sí la corbata, ponía su codo encima de ella, mascullaba unas palabras ininteligibles, se santiguaba, alargaba el brazo sobre ella y la pellizcaba con los dedos. Así hasta llegar a mí y, para mi sorpresa, tocar con las puntas de sus dedos más arriba de donde tenía situado mi extremo de la corbata. Según mi nivel de empacho, su primer acercamiento estaba más o menos alto respecto la boca de mi estómago. A continuación, regresaba al punto de partida y repetía el ritual. Cuando llegaba de nuevo a mí, sus dedos habían bajado un poco más hacia la boca del estómago y, en la tercera y última repetición, sus dedos coincidían exactamente con la boca del estómago y con mis dedos sujetando mi extremo de la corbata. L'enfit había funcionado, se había roto, después de repetidr tres días seguidos todo el ritual.

    Me llamó siempre la atención. ¿Cómo podía ser que las tres mediciones fueran siempre diferentes si la medida utilizada (el brazo de mi padre), la corbata y la distancia eran siempre las mismas? Como no podía ser de otra forma en la mente de un niño curioso, quería aprender el ritual y poder curar l'enfit a aquellos necesitados de ligereza estomacal. Sin embargo, el secreto y el misterio aumentaban cuando me repetía una y otra vez que sólo se podía transmitir la oración que mascullaba en un día señalado: el Jueves Santo.

    Trencar l'enfit es una modalidad antigua y misteriosa de la medicina popular valenciana. El término también es conocido como passar la llista o passar la cinta. Se utiliza un pañuelo, cinta o corbata, que sean de color negro o rojo o que esos colores predominenen. La medición basada en codos es una medidad primitiva que todavía sigue en uso en ciertas prácticas rurales. Algo parecido sucede con el número 3. El ritual así lo indica: 3 codos, 3 mediciones y 3 días consecutivos. Su carga simbólica y sagrada está muy presente en el cristianismo. Por último, la oración. Los conjuros y rezos siempre han acompañado los diferentes rituales en todas las culturas. En este caso, la oración se murmura de forma inaudible para los presentes y se transmite en un día sagrado. Se consigue así crear un áurea de misterio.

    Los orígenes de esta práctica se pierden en el tiempo, en culturas antiguas. La descripción más antigua de la que se tiene constancia escrita es del siglo XV en Tratado de la fascinacion o aojamiento del marqués de Villena, cuando explica: "e midían su cinta a cobdos o a palmos, e si viene una vez larga e otra corta, de aquella variación tomavan señal de daño". Otra descripción es la del médico Enrique Salcedo Ginestal, que en 1898 informa de los métodos populares de sanación en su libro Madre e Hijo, doctrina científica y errores vulgares.


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