Reflexiones de una DANA

 Algunos pensamientos sobre las inundaciones de Valencia (aplicables al sureste español)

    Recuerdo cuando el 1982 se hizo de noche durante el día. Las nubes eran tan negras que todo oscureció. Estábamos en clase y prestábamos más atención a lo que sucedía fuera y que veíamos a traves de las ventanas. La lluvia era torrencial. Salimos antes de hora del colegio y nuestros padres nos esperaban para ir a casa. La preocupación que se palpaba en casa no la entendía entonces, con 7 años, pero notaba nerviosos a mis padres, pendientes de la radio, el único medio que entonces ofrecía noticias. Luego supe que los radiosaficionados jugaron un papel muy importante. La preocupación era máxima y sólo se oía un comunicado oficial repetitivo con una música tenebrosa de fondo que es difícil de olvidar. La presa de Tous se había derrumbado y las aguas del Júcar bajaban hacia la costa arrasando con todo. La pregunta era hasta dónde llegarían.

Inundaciones en La Safor en 1987


    En 1987, en noviembre, de nuevo en clase y de nuevo se hizo de noche. Esta vez nos enviaron a casa. Llegué con el agua por las rodillas y con un diluvio que parecía no tener fin. Por la tarde, la oscuridad de la noche se agravaba por la producida por las nubes, con una lluvia incesante y el nivel del agua subiendo por momentos. La preocupación era máxima. Poco a poco descendió el nivel del agua, y es amisma tarde mi padre y yo fuimos a ver el barranco de Beniopa, que recoge las aguas del macizo del Montdúver y de la Serra Falconera. La imagen de los coches apelotonados como fichas del dominó no se alvida fácilmente. Al día siguiente, el ejército nos trajo comida que recogimos en el patio de un colegio cercano. Oliva, con 817 litros por metro cuadrado, y Gandia con más de 864, tienen el récord de lluvia recogida en un día.


    En aquellos años los sistemas de prevención eran los que eran, tal vez muy adelantados pero nada que ver con los actuales. la pregunta, para la DANA de octubre de 2024 en Valencia es si se podía haber predecido y minimizado y, tal vez, que no fallecieran tantas personas. Para los que leáis esto y no estéis muy familiarizos con la zona, aquí van unas reflexiones:

        1.- AEMET lanzó un aviso el 26 de octubre y que enlacé en este mismo blog advirtiendo de "Se esperan chubascos muy fuertes sin poder descartar, a día de hoy, que alcancen localmente intensidad torrencial, además de ser persistentes e ir acompañados de rachas de viento muy fuertes". 640 litros en Chiva, un tornado, etc, etc.

        2.- Predicción. Cualquier persona puede descargar o consultar una aplicación llamada WINDY. En ella, entre otras funciones, se puede ver el acumulado de lluvia hasta 10 días. Incluso teniendo en cuenta que la previsión es menos fiable a medida que se alarga en el tiempo, la aplicación indicaba, el sábado 26, alrededor de 400 mm en la zona donde han caído más de 500 mm.

        3.- Suspensión. Si la tarde del lunes se están suspendiendo clases, ¿cómo puede ser que en la misma mañana del martes 29 a las 8:30h. se suspendan las clases en algunas poblaciones? A esa hora, los estudiantes de ESO y Bachillerato están en clase y los de Infantil y Primaria están de camino al colegio. ¿No se podían suspender antes?

        4.- Avisos. Los valencianos hemos descubierto, entre el asombro y la sorpresa, cómo una alarma chirriante y muy sonora, nos advertía de que nos quedáramos en casa a las 20h, cuando por Àpunt, la televisión autonómica, ya se advertía la magnitud del desastre. A esa hora, muchísima gente estaba en la calle en zonas en donde no había caído casi lluvia pensando, probablemente, que llovía a más de 100km de donde estaban. ¿No se podía haber activado antes? Y un apunte sobre la forma. Durante un curso de meteorología que realicé, el meteorólogo hizo incapié en que desde 1982, decir "Gota fría" era provocar la alarma, sobre todo en las zonas donde la pantanà de Tous. Y todas las gotas frías no producen destrucción. Por eso cambiaron la nomenclatura a DANA. ¿Qué pasará ahora?

        5.- Sentido común. Independientemente de los casos en los que la gente no se ha enterado, el sentido común de la ciudadanía también debe ser analizado: cruzar por barrancos y zonas inundables, atravesar con los vehículos, cursos de agua, etc. Es decir, evitar los desplazamientos. Se podría valorar, para casos así, si todos los trabajos necesitan un desplazamiento de sus trabajadores. La valoración deberían proporcionarla las instituciones que tienen medios e información sobre los efectos de la DANA.

        6.- Urbanizar. Como dice el refrán valenciano: "vora riu, no faces niu" (a la orilla del río, no hagas tu casa). El agua busca su camino, por eso existen ríos y barrancos. Si se construye en ellos o cerca de ellos, llegará el momento en el que la naturaleza raclamará su espacio. Infraestructuras como la V-31, el ferrocarril, los polígonos industriales y cualquier edificación deben repensarse.

        7.- Limpeza de las montañas. Las numerosas cañas, ramas y basura de las personas que hemos visto en las imágenes de las riadas nos indican que debe limpiarse la montaña: vitaremos que las cañas taponene los puentes (hasta 4 parece que han sido arrastrados por la corriente) y evitaremos que sean combustible de incendios en verano. ¿Cómo? Pues programas desde la administración pública (autonomías, ayuntamientos y gobierno central coordinados)  para desempleados, por ejemplo, recuperar el pastoreo, facilitar e incentivar la recogida de residuos, etc.

        8.- Autoridades. Por favor, sepan estar a la altura. En vez de pasarse ahora la pelota sobre a quién le compete tal o cual situación, siéntense y hablen, asuman los errores y aprendan de ellos, felicítense por los logros y aprendan de ellos, coordínense correctamente por el bien de todos, si lo que hicieron anteriores gobiernos de otros partidos funcionaba pues no lo quiten.

    Desde aquí, todo el apoyo a todos loa familiares de las víctimas y todos los afectados.

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